Etapa de Desarrollo y ColonizaciónA principios del siglo XVII, la Isla, que en ese momento contaba con unos 30 000 habitantes, fue dividida en dos gobiernos, uno en La Habana y otro en Santiago de Cuba, aunque la capital se estableció en la primera. Ya a principios del siglo XVIII casi toda las tierras estaban repartidas en la Isla, particularmente las occidentales y las de las grandes sabanas, pero se mantenían improductivas y despobladas. La actividad económica crecía y se diversificaba con el desarrollo del cultivo del tabaco y la producción de azúcar de caña (1713 - 1720). ![]() Trapiches Las nuevas fábricas o trapiches se ubicaron en las proximidades de los centros urbanos. En 1740 se creó la Real Compañía de Comercio de La Habana, a ella se le otorgó el privilegio del control y conducción del tabaco, los azucares y el coambre de Cuba a España, como parte del control metropolitano. Paulatinamente se establecieron nuevos pueblos, por lo general alejados de las costas y crecieron las primitivas villas, donde comenzaba a manifestarse un estilo de vida más acomodado y a practicarse frecuentes diversiones, desde los juegos y bailes hasta las corridas de toros y los altares de cruz. De la actividad religiosa, que era con mucho la nota dominante de la vida social, quedarían importantes huellas arquitectónicas, entre las que vale como muestra el magnífico Convento de Santa Clara. En esta etapa comienzan a observarse las primeras luchas sociales en la historia de Cuba como consecuencia de las medidas monopólicas tomadas por la Corona acentuados ahora por el llamado Estanco del Tabaco que prohibía la venta del producto a particulares, colocaba el precio arbitrariamente y establecía las cantidades a comprar. Al estallar la Guerra de los Siete Años, entre Francia e Inglaterra, España entraría a favor de la primera. Está contienda sirvió de escenario para que los ingleses dirigieran la mayor armada que había cruzado el Atlántico bajo la dirección de Sir Jorge Pockock con el objetivo de tomar La Habana. La ineficacia de las máximas autoridades españolas en la defensa de la ciudad contrastó con la disposición combativa de los criollos, expresada sobre todo en la figura de José Antonio Gómez, valeroso capitán de milicia de la cercana villa de Guanabacoa, muerto a consecuencia de los combates y la del capitán español don Luís de Velasco al defender el Castillo del Morro. El 12 de agosto de 1762 se firmó la capitulación de la ciudad, al día siguiente entraban triunfantes las tropas británicas. Esta ocupación duró once meses. El 6 de julio de 1763 tomaba posesión del gobierno de Cuba, en nombre del rey de España, el teniente general Ambrosio de Funes y Villalpando, Conde de Ricla. A cambio de la estratégica posición, se le entregaba a Gran Bretaña la Península de La Florida. ![]() El Morro in Santiago de Cuba En el breve período de dos años, en La Habana se reconstruyen las fortalezas del Morro, La fuerza y La Punta; se edifican La Cabaña, Atarés y El Principe; los fortines de La Chorrera y Cojímar y se moderniza la muralla. Hacia 1774, el sistema se completó con la ampliación de los castillos de San Severino en Matanzas y El Morro en Santiago de Cuba. El comercio exterior de la Isla se amplió, a la vez que se mejoraron las comunicaciones interiores y se fomentaron nuevos poblados como Pinar del Río y Jaruco. Otras medidas estuvieron encaminadas a renovar la gestión gubernativa, particularmente con la creación de la Intendencia y de la Administración de Rentas. La Habana incrementó la pavimentación e inició el alumbrado de las calles, dispuso medidas sanitarias, e inició la construcción del primer paseo habanero, la Alameda de Paula; del primer teatro, El Principal; y del Palacio de los Capitanes Generales. ![]() La Alameda de Paula En este contexto se efectuó el primer censo de población (1774) que arrojó la existencia en Cuba de 171 620 habitantes. Otra serie de acontecimientos internacionales contribuyeron a la prosperidad de la Isla. El primero de ellos, la guerra de independencia de las Trece Colonias inglesas de Norteamérica, durante la cual España -partícipe del conflicto- aprobó el comercio entre Cuba y los colonos sublevados. La importancia de este cercano mercado se pondría de manifiesto pocos años después, durante las guerras de la Revolución Francesa y el Imperio napoleónico, en las cuales España se vio involucrada con grave perjuicio para sus comunicaciones coloniales. En esas circunstancias se autorizó el comercio con los "neutrales" -Estados Unidos- y la economía de la Isla creció vertiginosamente, apoyada en la favorable coyuntura que para los precios del azúcar y el café creó la revolución de los esclavos en la vecina Haití. Los hacendados criollos se enriquecieron y su flamante poder se materializó en instituciones que, como la Sociedad Económica de Amigos del País y el Real Consulado, canalizaron su influencia en el gobierno colonial. Lidereados por Francisco de Arango y Parreño, estos potentados criollos supieron sacar buen partido de la inestable situación política y, una vez restaurada la dinastía borbónica en 1814, obtuvieron importantes concesiones como la libertad del comercio, el desestanco del tabaco y la posibilidad de afianzar legalmente sus posesiones agrarias. |