• English (United Kingdom)
  • Español(Spanish Formal International)
cuba history .org - La Historia de Cuba
 

Asentamiento Español

Despues de terminar con la rebelión de Hatuey, Diego Velázuez se propuso iniciar la conquista y colonización del resto de la isla. Y con ese propósito organizó a sus hombres en grupos a los que incorporó algunos indios, para utilizarlos en las labores más duras, como abrir caminos entre los tupidos bosques, cargar sobre sus espaldas armas y herramientas, y buscar alimentos.

A fines de 1510, salieron desde Baracoa dos grupos: uno hacia la región india de Maniabón (al norte de Holguín) y otro hacia Bayamo.

Una vez conquistadas por los españoles las regiones de Baracoa, Bayamo y Maniabón, estos emprendieron la ocupación del resto del territorio cubano.

Con la fundación de Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa en el Oriente de Cuba, en 1512, los españoles emprendieron el establecimiento de siete villas con el objetivo de controlar el territorio conquistado -Bayamo (1513), la Santísima Trinidad, Sancti Spíritus y San Cristóbal de La Habana (1514), Puerto Príncipe (1515)- hasta concluir con Santiago de Cuba (1515), designada sede del gobierno. Desde estos asentamientos, que en su mayoría cambiaron su primitiva ubicación, iniciaron los conquistadores la explotación de los recursos de la Isla.

Aborigenes Cristianizados Trabajando

La actividad económica se sustentó en el trabajo de los indígenas, entregados a los colonos por la Corona mediante el sistema de "encomiendas", una especie de concesión personal, revocable y no transmisible, mediante el cual el colono se comprometía a vestir, alimentar y cristianizar al aborigen a cambio del derecho de hacerlo trabajar en su beneficio. El renglón económico dominante en estos primeros años de la colonia fue la minería, específicamente la extracción de oro, actividad en la cual se emplearon indios encomendados así como algunos esclavos negros que se integraron desde muy temprano al conglomerado étnico que siglos después constituiría el pueblo cubano.

El rápido agotamiento de los lavaderos de oro y la drástica reducción de la población -incluidos los españoles, alistados en gran número en las sucesivas expediciones para la conquista del continente- convirtieron a la ganadería en la principal fuente de riqueza del país en general. A falta de oro, la carne salada y los cueros serían las mercancías casi exclusivas con que los escasos colonos de la Isla podrían incorporarse a los circuitos comerciales del naciente imperio español.

Concebido bajo rígidos principios mercantilistas, el comercio imperial se desarrollaría como un cerrado monopolio que manejaba la Casa de Contratación de Sevilla, lo que no tardó en despertar los celosos apetitos de otras naciones europeas.

Corsarios y filibusteros franceses, holandeses e ingleses asolaron el Caribe, capturaron navíos y saquearon ciudades y poblados.

Para repeler a estos ataques la Corona pone en marcha dos planes, ambos muy favorables para la nueva capital La Habana, el primero fue el Sistema de Flotas o Puerto Único, mediante el cual todas las embarcaciones de las Indias Occidentales (Hispanoamérica) tenían que partir juntas rumbo a España desde el otrora Puerto de Carenas (la bahía de La Habana), lo que desarrolló un auge comercial sin precedentes en la ciudad con el crecimiento de su población y la diversificación de su actividad comercial por la creación de nuevos oficios.

El segundo plan su dirigido a fortificar la ciudad, el cual tuvo como precedente la construcción ya en 1538 de la segunda fortaleza de América y que fue nombrada Castillo de la Real Fuerza, de años posteriores datan la protección de la bahía con fortificaciones como el Morro y la Punta.

El Oriente de Cuba no escapó de esos asaltos: La construcción del Castillo de El Morro en Santiago de Cuba, las fortalezas de Jagua, La Cabaña, Atares y El Príncipe fueron necesidad a causa de estos incidentes.

La periódica afluencia de comerciantes y viajeros, así como los recursos destinados a financiar la construcción y defensa de las fortificaciones que, como el Castillo del Morro, guarnecían la bahía habanera, se convertirían en una importantísima fuente de ingresos para Cuba.

Las opiniones continúan divididas entre quienes afirman resultó útil traer la "civilización" a las Américas y los que al calificar el suceso como choque de culturas, aseveran que la aniquilación de las poblaciones indígenas y la expoliación de los recursos naturales ha sido un costo demasiado alto, al punto de provocar un irreparable daño a este continente donde vive gente apasionada, de sangre caliente y corazón indio, por fortuna preservado en otras naciones donde a diferencia de Cuba sobrevivieron los pueblos primigenios.